domingo, 3 de mayo de 2009

El Papa nombra al primer “monseñor” sordo

Tenerife (España), 1
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Abr. 08 (AICA)

Padre Agustín Yanes Valer, sacerdote sordo de Tenerife
El papa Benedicto XVI nombró “prelado de honor de Su Santidad” al padre Agustín Yanes Valer, sacerdote sordo de Tenerife, España, en reconocimiento de la dedicación de toda su vida a la pastoral de las personas sordas. Desde ahora recibirá el tratamiento de “monseñor”, con lo que se convirtió en el primer monseñor sordo de la Iglesia Católica Apostólica Romana. La entrega de la distinción pontificia será el 20 de abril en Madrid, durante la Asamblea Nacional de Pastoral del Sordo.

Según informó el boletín electrónico de Sordos Católicos, la noticia la hizo pública el obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez, al término de la Misa Crismal celebrada en la iglesia de la Concepción el pasado 18 de marzo.

Monseñor Agustín Yanes Valer Nació en La Habana, Cuba, el 26 de febrero de 1929. Hijo de padres españoles que regresaron a Tenerife (Islas Canarias) cuando el niño tenía siete meses. De acuerdo con su biografía publicada en blog de la Pastoral del Sordo de Tenerife, a los cinco años tuvo una enfermedad infecciosa y quedó sordo. A los siete años ingresó a la escuela del pueblo. Terminada la escolarización y le pusieron a trabajar en el comercio de un tío, pero por las tardes asistía a clases particulares, y así pudo terminar el bachillerato superior.

En su familia hubo varios sacerdotes, y cuando Agustín tenía once años, al saber que uno de sus primos ingresaba en el Seminario diocesano, también quiso ingresar, pero el cura del pueblo le dijo que no era posible debido a su sordera. A los catorce años se celebraron en los pueblos de Tenerife una misiones populares, y volvió a surgir en él la idea del sacerdocio, pero los padres jesuitas que daban la misión le hicieron ver la imposibilidad debido a que no oía. A partir de ese momento, tuvo contacto con franciscanos, jesuitas, escolapios, y en todas las puertas donde llamó se las cerraron con una negativa.

A los 27 años viajó a Madrid con la intención de operarse los oídos y poder ingresar en el Seminario, pero la operación fue un fracaso, sin embargo, allí tuvo la posibilidad de encontrarse con un colegio de niños sordos, de la Acción Católica de Sordomudos, algo que desconocía, y se ofreció para ayudar a esos niños. En ese ambiente, y viendo la orfandad de los sordos en cuanto a atención religiosa, se le encendió de nuevo la idea del sacerdocio. Ingresó en la Facultad de Bellas Artes donde obtuvo la licenciatura; entre sus compañeros de curso estaban Kiko Arguello, al futuro fundador del Camino Neocatecumenal, María Dolores Travesedo, líder de Juventud Católica, Ángel Fanlo, miembro del Opus Dei, y un joven sacerdote escolapio, con quienes se sintió apoyado y animado a perseverar en su idea del sacerdocio.

Terminados los estudios, fue a Valladolid a dar una charla como miembro de la Acción Católica de Sordos y conoció al arzobispo, monseñor José García Goldáraz, que se interesó por su problema y deseos sacerdotales y se ofreció a llevar a la Santa Sede la solicitud. Consiguió las dispensas necesarias, porque concluido el Concilio Vaticano II, ya la sordera no era impedimento para poder ser sacerdote.

Con las autorizaciones concedidas en Roma, visitó el Seminario de Tenerife porque quería formarse en su tierra, pero un superior le dijo: "Todo eso está muy bien, ¡pero la diócesis de Tenerife no lo necesita para nada!". El viejo párroco del pueblo lo animó a estudiar en Valladolid, cuyo arzobispo lo recibió con los brazos abiertos. Ingresó en el seminario a los 33 años y estudió Filosofía y Teología, encontrando muy buena acogida y profesores que se ofrecieron para darle clases particulares, mientras que daba clase de dibujo a los seminaristas.

Se ordenó el 30 de Abril de 1967 en la catedral de Valladolid y celebró su primera misa en la iglesia de San Francisco el Grande, en Madrid, ante una multitud de personas sordas llegadas de toda España, Portugal y Latinoamérica. Se hizo profesor de Educación Especial y trabajó en el colegio “La Purísima”.

Visitó treinta y tres veces países de Latinoamérica y muchos de Europa, en labor pastoral con las personas sordas. En reconocimiento a su labor en el mundo del sordo, la Universidad de Sordos “Gallaudet”, de Washington, le concedió el doctorado honoris causa en letras y humanidades. Fue cofundador de la Residencia de Ancianos sordos “Santa María del Silencio”, en Cubas de la Sagra, Madrid, de la Asociación de Padres y Amigos del Sordo (A.S.P.A.S), del Patronato de promoción y asistencia al sordo (PROAS) y de la revista “Evangelizar”, de Pastoral del Sordo; publicó además varios libros de catequesis y educación especial.

Actualmente es Director Honorífico y Emérito de la Pastoral del Sordo de la Conferencia Episcopal Española y reside en Tenerife, donde está encargado de la atención pastoral de las personas sordas como delegado diocesano.+

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